Al quedarse sin la sombra de los árboles Lavelladrilus y sus compañeras empezaron a tener mucho calor. Entonces, su prima lejana Pontoscolex corethurus las invitó a mudarse del bosque a una milpa. Durante el viaje, muchas no aguantaron y se fueron quedando por el camino, otras morían de sed o por los rayos excesivos del sol. |