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Por: Alejandro Alagon

Algunos animales producen distintas sustancias químicas conocidas como ponzoñas o venenos, las cuales les ayudan a sobrevivir: ya sea para defenderse o para cazar, así logran inmovilizar a sus presas o agresores.

El veneno de la araña capulina o viuda negra, por ejemplo, se compone de dos sustancias diferentes que pueden paralizar a sus presas, una de ellas actua contra los insectos (moscas, grillos, cucarachas) y la otra contra animales vertebrados como las pequeñas lagartijas que en ocasiones caen en sus telarañas.

Y como la araña capulina puede ser alimento de otros vertebrados (algunos pájaros, reptiles y mamíferos), la misma sustancia que le sirve para conseguir comida, le funciona para defenderse. El veneno que produce está conectado a los colmillos y es 50 veces más potente que el de una víbora de cascabel, lo que significa que si una persona es mordida accidentalmente, ¡la puede pasar muy mal!