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Portada marzo de 2006

Por: Alberto Tejeda
¿Por qué un perro, un gato o un conejo pueden sentirse bien o mal en compañía de los seres humanos?

En realidad, existen muchas explicaciones para entenderlo, sin embargo, la principal es que
se trata de seres vivos con un cerebro muy parecido al nuestro, pero con diferente tamaño
y forma. Gracias a su cerebro los animales pueden pensar, aunque de una manera distinta,
además tienen la capacidad de sentir casi exactamente como tú. Por ejemplo, cuando experimentas la emoción de saber que viene la Navidad y los regalos están a la vuelta de la esquina, o cuando sacas cinco en matemáticas y estás seguro que decírselo a tus papás no será muy divertido.